Ser, tres.

No sé si soy un consentido sin sentido, 

o vivo en un sinsentido consentido.

Ser, dos.

Ser sombra, parásito del rastro,

Mendigo de la palabra,

Verdugo de la luz,

Y maniobra de engaño.

Adentrarse en ella para conocerse, 

Pretender que sus ojos son los tuyos, 

Mantener la compostura ante el rechazo, 

Alcanzar cada huida, cada paso.

Sombra, ser el negro hasta morir,

Y hasta que mueran.

Arrastrarse cogido de sus tobillos, 

De sus manos si hace falta.

Sombra, 

Recrear sus mas preciados sueños, 

Sus mas temidas pesadillas.

Aferrarse a sus entrañas, 

Conocerla hasta sus hondos,

Acechar todos sus limites,

Conocer donde acaba.

Sombra, ser de día, existir de noche,

Padecer de sus calores,

Arrastrarse en su sudor,

Dejar marca donde ha estado,

Ser, en fin, su realidad.

Ser

Vivir hasta burlarse del fracaso.

Entender al enemigo por el beso que nos dio,

Aguantar cada palabra entendiendo su interior.

Reventar por las esquinas empapadas de alcohol.

No mirar nunca adelante,

Solo ser, el ser por ser.

Acabar con cada frase cada pecho, cada amante.

Aclarar todas las dudas al contarlas al jamas.

Divertir a la penumbra con el salto hacia al vacío.

Iniciar con cada viaje una vida paralela,

Separarte de tus ojos,

Arrancarte las orejas.

Pensar qué te hace daño y pisarlo hasta morir.

Acabar hasta los huevos de ti mismo y de tus bromas.

Amarte, burlarte, cansarte.

Vivir.

Gris

En el asfalto me sumerjo,

 y busco en su frío y húmedo ser, 

el cálido abrazo 

que en ti no supe encontrar.

Me adentro 

y reviento las glorias del pecado,

 sobrevivo a las penumbras 

de este imberbe cuerpo alado.

 Encuentro, supongo, en el,

 un espejo de mi ser.

 Pisoteado y amaestrado

 pero aún así necesitado.

Encadenado, maltratado,

pero base de tus pies.

Me convierto en vuestro suelo

 y a la vez en vuestro cielo,

 vuestro aguante,

 vuestra fe.