dijous, 25 de setembre del 2014

Me tomo las verdades como me tomo las cervezas 
las pienso como siento las resacas. 

Agonizo hasta creerme vino, 
me mimetizo con la mesa, 
aguantando cada copa, 
cada codo y cada cigarro.

Soy del sér solo la agonía, 
aprendo a caminar a partir de cada noche.
 Repito las mismas frases hasta cansarme.

Me robo las gracias, las arrastro 
hasta la charca de los lloros del mañana.
 Me incendio hasta las uñas por perder una colilla. 
Me desgasto las rodillas por no saber pedir perdón.

 Joder, me mojo las espaldas 
por mirar una vez mas 
a aquel cielo que una vez conocí, 
-y ahora-
 ya no me recuerda a nada más
 que un ser extraño y conocido de antaño 
que me contaba las mentiras 
de aquello que podía ser,

 Y de aquello que podía escuchar.

Que

Dioses putas y diamantes.
Mezcladas en un refugiado subconsciente alterado 
por la irrespetuosa majestuosidad de las amfetas.

Hijo de puta, que vas a ver si no tienes ojos.

Libertinaje posesion y cuerpo.
Trio de ases en una partida 
en la que te jugaste tu sueño, 
amaneciendo así adormilado 
por la resacosa luz de un ventanal 
que abriste con tus ansias de ver mundo.

Sofoco.
Temblores.

Ráfaga de recuerdos
 de aquel día que perdiste tu dignidad 
y tu identidad por las calles del raval, 
despidiéndote de algún que otro amigo,
que se dio contra la cara
 cuando te quiso abrazar.

Lamentaciones,
 jodidas y promiscuas lamentaciones 
que solo te sirven para saber
 que aun sabiendo lo que te duele,
cada día iras a por mas.