Me tomo las verdades como me tomo las cervezas
las pienso como siento las resacas.
Agonizo hasta creerme vino,
me mimetizo con la mesa,
aguantando cada copa,
cada codo y cada cigarro.
Soy del sér solo la agonía,
aprendo a caminar a partir de cada noche.
Repito las mismas frases hasta cansarme.
Me robo las gracias, las arrastro
hasta la charca de los lloros del mañana.
Me incendio hasta las uñas por perder una colilla.
Me desgasto las rodillas por no saber pedir perdón.
Joder, me mojo las espaldas
por mirar una vez mas
a aquel cielo que una vez conocí,
-y ahora-
ya no me recuerda a nada más
que un ser extraño y conocido de antaño
que me contaba las mentiras
de aquello que podía ser,
Y de aquello que podía escuchar.